jueves, 2 de julio de 2009

LA EVOLUCIÓN DE LA MUSICA EN LA RED ( I )


Hace poco, a raíz del hecho de que los discos acaban filtrándose en Internet antes de su fecha de salida, hablaba sobre como había evolucionado el acceso de los usuarios a la preciada música, desde las cintas de cassette vírgenes a las descargas de Internet actuales:

http://fadeoutmusicforablog.blogspot.com/2009/06/regina-spektor-far-entero-para-escuchar.html

Ampliando un poco aquello, inicialmente, cuando los de mi quinta empezabamos a interesarnos por la música, edad en la que no tienes un duro, el único método que teníamos para conseguir un determinado disco es que algún conocido se lo comprara original para tu copiártelo en cinta, o en su defecto copiártelo de otra copia (que era la mayoría de los casos), llegando a grabaciones realmente malas a las que igualmente te acostumbrabas, hasta el punto que a veces cuando escuchabas la original le faltaba ese ruido de fondo al que te habías acostumbrado xD. La emoción de conseguir cualquier disco normal, era la equiparable a conseguir ahora una novedad o rareza de las que son difíciles de conseguir hasta por Internet, y más si no contabas con una tienda especializada de tu tipo de música cerca, gracias a lo cual los catálogos de música especializados en rock y pop tipo “Tipo” tuvieron mucha popularidad entonces. En cualquier caso no era tan malo, esto creaba que dentro de un mismo grupo de amigos todos escucharan los mismos discos (cintas), lo cual creaba una especie de unión, e incluso el hecho de pedir cierta cinta que alguien había conseguido, los unos a los otros, también tenía su gracia. Así mismo, te fiabas mucho del boca a boca o de lo que leyeras en alguna revista si era una novedad, o de un libro si era un clásico. Los adelantos que podías escuchar en cd’s recopilatorios que regalaban las revistas, programas de radio, en un local preguntando al mismo que ponía la música (“el DJ”), o en programa de videoclips, como en el caso de Cataluña, en el mítico Sputnik. A la que tenías dinero para comprar un cd original lo hacías, no solo por la calidad y apoyar al artista, si no también porque si era de un banda que no entraba dentro de los gustos de la gente con los que te grababas cintas, no tenías otro modo de conseguirlo (en caso de encontrar el sitio donde lo vendían, bien por catálogo, o porque lo tuvieras, o pudieras pedirlo importado en una tienda especializada). Esto dotaba a muchos discos de un aura de misterio que ahora ya no existe (excepto en discos que estan por salir, tipo "el año que viene nuevo disco de.." o "superbanda formada por tales miembros de diferentes bandas importantes, grabarán.."), porque a la que tienes curiosidad por escuchar algo, buscando un poco en seguida la encuentras y puedes saber como suena.


Con la llegada de Internet todo empezó a cambiar, aunque poco a poco, 1º porque las personas somos gente de costumbres que en el fondo nos cuesta adaptarnos a lo nuevo aunque sea mejor, 2º porque al principio no todo el mundo tenía Internet, 3º porque en un comienzo tampoco había tanta información (algunas páginas eran bastante cutres), y 4º porque lo del intercambio de música no empezó a la par que Internet, si no que llegó un poco más tarde. Se puede decir que lo primero en aparecer fue Napster en el 2000, pero que como dije en la otra entrada, aunque se hiciera muy famoso, no conozco a nadie que llegara a usarlo. Es decir, que haberlos los habría, pero realmente no llegó ni de lejos a ser tan usado como las herramientas que vendrían después. Además con Napster llegó el miedo por parte los artistas consagrados hacia estas nuevas tecnologias, que provocaron su cierre practicamente al año de vida, siendo sonada la demanda por parte de Metallica. Muy seguido, casi a la par, llegó Audiogalaxy, que si usé y comenté en la anterior entrada:


“...Y el mítico Audiogalaxy, que ese si que lo pude disfrutar unos meses hasta que lo cerraron. Eso de buscar cualquier banda (conocida) y que te salieran algunas canciones en descarga directa era increíble, sobretodo acostumbrados a los cassetes y a la compra de cd’s a ciegas (si encontrabas una tienda que lo vendiera). Discos enteros aun no, a no ser que te bajaras los temas uno por uno, lo normal era encontrar como máximo 4 o 5 canciones de cada. Audiogalaxy además tenía un foro (en inglés claro, porque era a nivel mundial) para cada banda, en la que poder hacer cualquier consulta, sobre su discografía, canciones recomendadas, etc. Algo que antes o conocías a alguien que supiera orientarte, o poco más.”


Siguiendo a comienzos de la década, algunas bandas daban opción a que te bajaras alguno de sus temas por Internet, aunque en general aun había bastante miedo a este nuevo método de promocionarse, y los que más lo usaban eran bandas noveles, al ser de las pocas maneras que tenían para promocionarse, y gratis. Como dije en la otra entrada, la primera vez que ví una banda colgar un disco nuevo en Internet para que cualquiera pudiera escucharlo (sin posibilidad de descarga, solo escucha) fue Porcupine Tree con “In Absentia” (2002), y me pareció una idea buenísima, que de hecho a los únicos que podía perjudicar era a las bandas que confiaban más en la publicidad que en su propia música para vender. Por entonces aparecieron los programas que realmente se hicieron populares: Emule, Kaza, Soulseek,etc… es decir las aplicaciones de intercambio p2p de archivos, que empezaron sobre el 2000, aunque su popularidad comenzó los 2 años siguientes, para posteriormente seguir creciendo.


Poco después, el 2004, se creó Yousendit, una web que permitía colgar gratis grandes archivos en zip. La idea en un principio era la de enviar archivos grandes a otra persona a las que no pudieras darle el cd en mano, por no encontrarte en la misma ciudad por ejemplo, pero pronto sirvió de filón para que la gente colgara discos que otros pudieran descargarse en descarga directa, ya sin ni siquiera necesidad de descargarse programas tipo e-mule.


En un principio, cuando tampoco era tan popular, Yousendit lideraba este servicio, pero pronto le salió competencia: Megaupload en 2005, y Rapidshare en 2006 entre otros, pero estos fueron los que acabaron liderando este tipo de webs, en parte porque Yousendit tuvo la idea de poner su servicio de pago, lo cual, por mucho que en ese momento seas el líder, cuando otros te ofrecen lo mismo gratis, está abocado al fracaso.



Mientras tanto en 2003 apareció Myspace, y otras webs similares, pero con menor éxito, basándose en aquella idea, que hoy vemos normal pero a la que entonces había cierto miedo, de que la gente pudiera escuchar tu música antes de comprar el cd (Y si el artista lo deseaba, descargar también). Miedo me refiero para las bandas establecidas, evidentemente para las noveles era una oportunidad única de darse a conocer a otra gente y otras bandas que tenían página en myspace. Tanto se impuso, que hoy en día prácticamente todas las bandas tienen web por un lado, y myspace por otro, e incluso hay bandas relativamente conocidas que no tienen web pero si mypsace, supongo que debido a que a la hora de buscar acerca de una banda nueva resulta más incómodo mirar una web, con la que sueles perder más tiempo, a visitar su myspace, en la que de un vistazo en una sola página puedes ver la bio, escuchar los temas que tengan puestos, ver donde actúan próximamente, los “friends” afines, etc Apareció en 2003, pero alcanzó su auge en 2006/2007.


Por último se sumó en 2005 Youtube. Los videos en Internet no eran algo nuevo, pero Youtube lo potenció creando la mayor web de videos, que aunque al principio no contaba con tantos, hoy en día (y desde hace tiempo) si la banda es conocida puedes encontrar prácticamente cualquier canción suya, por lo cual, aunque no sea específicamente una web de música, significa otro paso enorme en la evolución que esta ha tenido en Internet.

Volviendo al tema descargas directas (Rapidshare etc) se popularizó tanto, que si en un principio era algo entre pequeñas comunidades de foreros, creció hasta convertirse en webs masivas donde hay gente que cuelga cantidades surrealistas de discos para que otros los descarguen directamente, hasta el punto que basta con escribir el nombre de un disco en un buscador seguido de la página de almacenamiento para encontrar cualquier disco. Parecía que eso era lo último, pero no, hay algo que va aun más allá, y que para alivio de todos además es completamente legal. Pues nada, próximo capítulo, que de hecho es donde quería llegar y me he ido por las ramas: Spotify.

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